"los precios de las viviendas son lo que un banco quiera prestar"


Michael Hudson, economista especializado inmobiliaria y uno de los seis expertos reconocidos por Financial Times por predecir correctamente la crisis económica actual, denuncia que hace 200 años la competitividad de los salarios se medía en términos de comida y que ahora, por culpa de las enormes hipotecas concedidas está vinculada al coste de comprar o vivir en una casa. En este sentido, Hudson subraya que "los precios de las viviendas son lo que un banco quiera prestar".

"Hipotecas más fáciles significa apalancamiento en la deuda, y por lo mismo, precios más elevados" apunta el experto, quien resalta que uno de los secretos para la buena marcha de la economía alemana es que "la típica familia norteamericana gasta cerca de un 40% de su presupuesto en pagar la vivienda, mientras que en alemania, sólo el 20%".

"Los alemanes que compran vivienda deben avanzar normalmente un 20% o un 30% del precio de compra: no tienen hipotecas por un 100%, como en los EEUU. y las hipotecas se amortizan por sí mismas. para quienes alquilan vivienda, hay fórmulas cooperativas para que haya un mercado mayor a precios de coste, a diferencia de lo que ocurre en los EEUU, en donde el mercado de alquiler está en manos de caseros que exprimen todo lo que pueden, muy por encima del coste real de mantenimiento de su propiedad inmobiliaria", señala Hudson en una entrevista.

Un alemán que se traslade a Hamburgo o a Francfort, añade, "puede afiliarse a una organización cooperativa y pagar tal vez 1.000 o 2.000 dólares. Cualquiera puede afiliarse. así que no hay muchos incentivos para comprar vivienda como medio especulativo, porque en Alemania normalmente es más barato alquilar que comprar (y requiere menor esfuerzo de mantenimiento)". A resultas de lo cual, "no ha habido en Alemania una burbuja financiera fundada en la presión al alza de los precios de la vivienda, como sí ha ocurrido en los neoliberalizados países angloparlantes, en donde la gente entró en una carrera gobernada por el pánico para comprar casa antes de que los precios subieran y subieran, hasta quedar fuera de su alcance", sentencia.

Hace 200 años, continúa, el elemento más importante del presupuesto de las familias trabajadoras era la comida. Se estimaba el precio del pan como una buena medida para medir la competitividad. "Pero hoy en día, los costes laborales quedan fijados por lo que les cuesta a los trabajadores comprar o vivir en una casa, cuyo precio es fijado por dinero prestado mediante una hipoteca por gran parte del valor de la vivienda. Por ello, "los bajos costes por unidad de trabajo registrados en Alemania no son simplemente el resultado de una elevada productividad tecnológica. Reflejan los bajos costes de la vivienda y los relativamente bajos costes de la seguridad social. Alemania no ha financiarizado su economía a un nivel ni remotamente parecido al norteamericano", subraya.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario