Canopea, diseño ganador del Solar Decathlon Madrid 2012


El premio de la casa solar más eficiente fue otorgado al equipo francés Rhône-Alpes, por su proyecto Canopea. Este equipo hizo la diferencia especialmente por el diseño y la generación de una solución frente al problema de densidad, particularmente en los corredores alpinos franceses. En Madrid, formato obligado, presentaron las dos últimas plantas del proyecto completo.


Más allá de una vivienda, el prototipo Canopea forma parte de una reflexión global sobre la densidad y el bienestar en las ciudades francesas.

La inspiración principal del proyecto es la « canopea ». Es decir la planta superior de la selva, directamente influida por la radiación solar. Considerada como un hábitat, o ecosistema, es particularmente rica en biodiversidad y productividad biológica en las selvas tropicales. Generalmente situada a más de 10 metros de altura, la canopea forma una capa superior donde se sitúa el 80% del follaje de los árboles. De ahí que más de 95% de la energía solar es captada y que 30% de las precipitaciones sean absorbidas por el follaje.

El punto de inicio de la reflexión nació de un descubrimiento en las ciudades alpinas de Francia: esas ciudades son un importante polo industrial y económico. Sin embargo, su crecimiento en zonas donde el espacio constructivo es muy raro y entonces muy caro (al pie de los Alpes), obliga a las poblaciones a vivir siempre más allá de esas zonas de trabajo. Este fenómeno de « rurbanización » (entendida como la urbanización del medio rural) provoca una extensión urbana todavía más importante. De una parte, destruye el paisaje y genera mucha polución y consumo de energía, y de otra parte, provoca un desacuerdo con la conciencia ecológica de la población (el medioambiente es muy importante para ella) y un estrés social en el hecho de no ser capaz de acceder económicamente a los centros urbanos. Esta reflexión, combinada con el análisis del contexto rhon-alpino y de su complejidad, plantea dos problemáticas esenciales :

_ Cómo diseñar viviendas colectivas que aportan un cierto confort con un mínimo de gastos energéticos y consumo de recursos naturales.

_ Cómo aportar a las poblaciones el sentimiento de bienestar de una casa individual, mientras vivien en una vivienda colectiva en un medio urbano denso.


A partir de esas problemáticas, el equipo Rhône-Alpes inició una reflexión sobre estrategias urbanas: pensar el modo de vivir a escala de barrio, en paralelo a la reflexión sobre la eficiencia energética de los edificios. Es decir, pasar de un sistema de edificios performativos pero aislados a un sistema de barrio cuya performatividad energética se produce a escala territorial (energía mutualizada entre los edificios). De hecho, apoyándose sobre su análisis territorial, el equipo desarrolló el concepto de la « NANOTOWER ». Consiste en torres de viviendas rodeadas de varias redes: eléctrica, térmica, de transportes y sociales. Están interconectadas entre ellas por medio de pasillos exteriores, terrazas jardines, y también a los servicios y equipamientos de la ciudad. Cada nanotower se compone de tres espacios distintos en varias plantas: espacio de trabajo, espacio de vivienda y espacio colectivo.

En las primeras plantas, se encuentran los locales profesionales. La proximidad de los espacios de trabajo permite disminuir los desplazamientos de los habitantes.

Los espacios de vivienda consisten en casas individuales superpuestas, una por planta. La multiplicación de casas en la misma superficie permite compartir el precio del suelo. Cada vivienda tiene las cualidades arquitectónicas y espaciales de una casa individual dentro de un bloque colectivo. Disponen de una apertura a 360° sobre el paisaje, de un contacto directo con la naturaleza y espacios de jardinería, la posibilidad de tener anexos y de dar la vuelta alrededor de la casa por medio de pasillos exteriores. Todos estos dispositivos permiten una apropiación real de la vivienda. El concepto arquitectónico de la organización de las casas es la alternancia entre espacios cerrados y espacios abiertos. Las unidades de vida que necesitan intimidad están contenidas en tres « cajas » con un mínimo de aperturas. Los otros espacios, comunitarios, están rodeados de ventanas. Aporta mucha cualidad luminosa y visual en la vivienda. Las tres cajas contienen un dormitorio, un corazón técnico con la cocina, el baño y un local técnico, y por fin un espacio evolutivo. El cuarto de baño y el dormitorio, posicionados al norte, están apartados de los espacios comunes, para evitar molestias sonoras. De hecho, la disposición de las diferentes habitaciones está pensada en función del desplazamiento del sol y de la vida cotidiana en la casa. Al Este, se encuentran cuarto de baño y cocina, debido a su uso por las mañanas, y también el espacio evolutivo que puede transformarse en dormitorio. El salón está al Sur para aprovechar de la luz natural todo el día. Esta aportación luminosa está regulada con el uso de varios tipos de protecciones solares, puestas en las paredes de la casa o al nivel de los pasillos exteriores (persianas con lamas orientables y telas micro-perforadas). Así, la intensidad lumínica se modula según la sensibilidad y la noción de confort. Las tres unidades de vida están posicionadas para dejar un grande espacio central de vida. La cocina está abierta sobre el salón, que puede evolucionar. La posibilidad de evolución de la vivienda está pensada para contestar al problema de los usos que cambian en función de los habitantes y de las necesidades a lo largo del tiempo. De hecho, el espacio evolutivo puede transformarse en despacho, en prolongación del salón o en dormitorio, y un mueble móvil puede tener tres formas diferentes, para variar la función del espacio. Los materiales dominantes son naturales: revestimiento de tierra, pinturas minerales, textil o madera… y permiten diferenciar las unidades de vida. La tierra es el material dominante por su variabilidad de colores y aspectos, además de su asociación con otros materiales, dando a cada espacio una identidad propia.




Además del diseño de las viviendas, lo que diferencia la nanotower de un edificio de vivienda tradicional es su tercera parte: la presencia de un espacio colectivo en la última planta. Disponible para todos los habitantes, favorece el vínculo social entre los vecinos. En este lugar, se encuentra también todo el equipamiento compartido (lavadora, secadora para la ropa, cocina de verano, zona de deporte y relajación, gran pantalla…). Espacio polivalente, es una planta libre que puede ser utilizada para actividades que necesitan espacio: los niños pueden jugar a cubierto, se puede hacer reuniones de copropiedad o celebrar un evento con la familia o los vecinos… Su posición a la última planta le da también una función de mirador, con una vista panorámica sobre el gran paisaje. La atmósfera del espacio está controlada por ventilación natural, a través de las lamas orientables en fachada, adaptándose a la temporada. El techo de placas solares doble vidrio filtra la luz natural, y al mismo tiempo, cree espacios de sombra y produce energía con las células fotovoltaicas. Este dispositivo se inspira directamente de los efectos del follaje de la canopea. Mientras que las plantas de viviendas están reguladas con sistemas activos, el nivel superior se regula de manera pasiva y no tiene aislamiento. Eso se justifica porque esta planta quiere ser « low-tech »: es un espacio intermediario, protegido de las condiciones climáticas (lluvia, viento, sol), que permite tener buenas condiciones de confort en cualquier momento del año. Además, este espacio tiene un papel de zona « tampón » y limita las pérdidas térmicas por el techo. Por fin, un pasillo exterior ligero periférico separa físicamente la planta con la planta inferior. Este borde tiene también un uso de protección solar para la vivienda de debajo.


Luego, la domótica tiene un papel importante en el funcionamiento de las nanotowers: permite conectar los vecinos a una red social de comunidad, gestionar los ambientes de la vivienda (térmica, luz, apertura y cierre de las persianas…), acompañar los usuarios hacía un modo de vida energéticamente sobrio (consejos, medición de consumo…), y conexión con las actividades de la ciudad.

Por fin, a nivel constructivo, el proyecto se apoya en el concepto del Core-Skin-Shell. Esta técnica consiste en organizar la estructura del edificio en tres elementos encajables, cada uno con su funcionalidad propia, su sistema de producción y su economía. Fue imaginado para el proyecto « Armadillo Box », del anterior equipo Rhône-Alpes que participó en el Solar Decathlon 2010.

El Core es un bloque compacto que contiene todos los equipamientos técnicos. Puede ser industrializado, lo que permite ganar tiempo en la edificación y no extender los fluidos.

El Skin es la envolvente performativa energética de la vivienda. Puede ser realizada a bajo coste con materiales locales. Contiene la zona templada de la vivienda.

El Shell es la parte estructural. Soporta las placas solares y las lamas orientables de vidrio. Es un caparazón que filtra la luz y regula las aportaciones solares, captando la energía al mismo tiempo.


La victoria de Canopea es el resulto de muchos años de estudios, pruebas y concurso en el seno de la escuela de arquitectura de Grenoble y su máster « Arquitectura y Cultura Constructiva ». Al final, el proyecto presenta distintos usos y tecnologías que, desde su construcción y posterior funcionamiento, contribuyen al planeta. El costo estimado final del proyecto es de 700.000 euros, mientras que el de su industrialización es de 140.000 euros.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario