Ya hemos visto cuáles de los materiales aislantes más habituales tienen mayor facilidad para ser reciclados. Pero, en nuestro interés por mostraros los materiales más respetuosos con el medio ambiente, queremos que también conozcáis algunos de los que pueden obtenerse a partir del reciclado de otros productos.
Lo más atractivo de los materiales aislantes, en comparación con otros materiales de construcción, es que contribuyen directamente a reducir la demanda energética en los edificios. Es por esto que también se debe tener en cuenta su capacidad de aislamiento térmico para evaluar su sostenibilidad. A continuación expondremos algunas de las familias de materiales aislantes térmicos reciclados, ordenados de menor a mayor coeficiente de conductividad térmica. Así sabremos cuál es el material que más contribuye al ahorro energético a lo largo de su vida útil. Siguiendo este criterio encabezarán la lista los materiales más aislantes.
Espuma de vidrio (lana de vidrio): 0,035 W/m·K La lana de vidrio es una lana mineral fabricada con millones de filamentos de vidrio unidos con un aglutinante. Gracias a las burbujas de aire atrapadas en las fibras, se obstaculiza el paso del calor.
La lana mineral de vidrio, producida en forma de mantas aislantes, se fabrica mediante un proceso de fibración, que en seguida os explicamos:
Empieza mezclando arena, vidrio reciclado y aditivos, y fundiéndolos en un horno para formar vidrio fundido.
Después, un proceso de fibración de alta velocidad separa el vidrio fundido en millones de filamentos que, tras ser rociadas con una solución aglutinante, se acumulan sobre una cinta transportadora.
El producto resultante se transporta a través de un horno de curado y se corta a la medida correspondiente.
En algunos casos, a la lana mineral de vidrio se le adhieren revestimientos para darle un acabado especial. Este material está fabricado a partir de materiales naturales y/o reciclados, y unido sin formaldehídos, fenoles, acrílicos y sin colores artificiales, lejía o tintes añadidos. Sin embargo, como hemos visto, necesita bastante energía para su fabricación.
Celulosa: 0,039 W/m·KSe trata de residuos de papel que se reciclan en forma de aislante para el aislamiento de muros con cámara de aire. Se utiliza suelta o inyectada como espuma con manguera (en este caso su conductividad asciende a 0,06 W/m·K).
Aunque requiere ser tratada con sustancias químicas para evitar el moho y protegerla del fuego, tiene muy buenas propiedades aislantes, es ligera y requiere poca energía para su fabricación.
Algodón: 0,040 W/m·KEl algodón virgen mezclado con un 85% de fibra de algodón reciclado de tejidos denim puede utilizarse para mantas aislantes. Se mezcla con boro, un mineral natural con pocos Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), que le proporciona una acústica superior a la fibra de vidrio y no provoca irritaciones en la piel durante su aplicación.
Sin embargo, el algodón es combustible y requiere la adición de productos químicos retardantes. Por otra parte, en muchas ocasiones, las condiciones de cultivo no son tan respetuosas como en el caso de otras fibras vegetales.
Corcho: 0,045 W/m·KLos tableros aglomerados de corcho pueden generarse a partir de residuos triturados, tamizados y seleccionados del corcho procedente de cualquiera de estos elementos:
- Tapones de corcho usados
- Corcho “refugo” procedente de la extracción de corcho en el campo, siendo el “refugo” el corcho inservible para la fabricación de tapones de corcho natural.
- Restos correspondientes a los recortes producidos en la industria de la preparación del corcho en plancha.
- Brocas procedentes de la perforación de corcho en plancha para la fabricación de tapones.
- Pedazos de corcho natural procedentes de la extracción de corcho de tamaño menor de 400 cm2.
- Corcho bornizo y segundero procedentes de la primera y segunda pela del alcornoque. El uso destinado a la construcción como material aislante acústico y térmico está muy extendido y cada vez más en auge. El aglomerado de corcho posee excelentes propiedades, como su resistencia al fuego, su absorción parcial de la humedad (entre un 10% y un 12%) y un buen aislamiento térmico.
Agrofibras: 0,050 W/m·KEs un recurso derivado de los sobrantes de las cosechas agrícolas. Después de extraer las semillas, la paja se transforma en un producto útil para la construcción. A través de un proceso de compresión, ciertos cultivos pueden transformarse en paneles de construcción. La paja se mantiene unida al comprimirse a altas temperaturas, lo que deriva en productos libres de adhesivos químicos.
Materiales fácilmente disponibles como el trigo son muy conocidos por su utilización en la construcción con paja. Los paneles fabricados a partir del trigo tienen una mayor resistencia que los de yeso, un buen aislamiento acústico y resistencia al fuego y al moho. Además, no contienen COVs, tóxicos e inflamables. Tradicionalmente,son conocidas las características de confort pasivo y aislamiento de las casas de paja o de las de adobe (realizadas con bloques de barro y paja). Hoy en día existen paneles manufacturados de paja y yeso para interiores distribuidos por empresas como ModCell o Ekodesky Stramit.
Vidrio celular: 0,050 W/m·K El vidrio celular, llamado también vidrio expandido, es un material de construcción de aparición relativamente reciente, creado a partir de polvo de vidrio cocido. Se obtiene tras fusionar polvo vítreo, normalmente procedente del reciclaje de vidrio blanco. Mediante procesos termoquímicos que requieren cierta cantidad de energía, el polvo de vidrio se esponja, creando burbujas de vacío parcial, por lo que se obtiene un material de muy baja conductividad térmica.
Se utiliza fundamentalmente como aislante térmico o como protección contra el fuego, y también en falsos techos de lugares muy húmedos o con necesidad de mantener buenas condiciones de asepsia.
Fibras de la madera: 0,060 W/m·K Los aglomerados son recursos a los que se ha llegado por motivos económicos y ecológicos y para evitar los problemas del comportamiento natural de la madera maciza. Los paneles de fibras de madera suelen aprovechar residuos del procesamiento de la madera o pequeñas ramas, por lo que serían compatibles con un aprovechamiento respetuoso del bosque. Otra ventaja es que pueden fabricarse en dimensiones mayores a las que se pueden obtener en maderas aserradas.
Están hechos de residuos y fibras no utilizados de los troncos de los árboles, a los que se añaden resinas y se prensan formando tableros de distintos espesores. Existen paneles con fibras gruesas de madera resinosa aglomeradas con yeso o cemento blanco o paneles ligeros de pequeñas fibras. Por desgracia, su capacidad de aislamiento no es demasiado alta.
Losas de lana de madera: 0,090 W/m·K Están formadas por viruta de madera aglutinadas con adhesivos minerales, en la mayoría de los casos cemento Portland resultando un panel rígido. Poseen múltiples usos en la construcción como su aplicación en muebles, tablas, vigas, columnas, etc. En particular, las losas para construcción de lana de madera se utilizan, principalmente, como aislamiento portador de mortero para paredes, para techos que absorben el sonido y como aislamiento autoportante para techos. Aunque su conductividad térmica es demasiado alta, se pueden usar también como cielorrasos acústicos, los de baja densidad, y en paredes y techos los de mayor densidad.
Conclusiones:Todos estos materiales proceden del reciclaje de otros productos, lo que contribuye a perpetuar en cierta medida su ciclo de vida. En base a la descripción de los procesos de reciclado podemos adivinar que los procesos de reciclaje menos contaminantes son los que proceden de materiales naturales como la madera y el corcho ya que no requieren elevadas temperaturas para su elaboración aunque su aislamiento no sea demasiado alto. En cambio, los materiales procedentes del vidrio sí que exigen altas temperaturas para su reciclado, pero su grado de aislamiento es mayor. Entonces, ¿con cuál de ellos nos quedamos? En próximas publicaciones evaluaremos la sostenibilidad real de todos estos materiales, recopilando los datos numéricos que nos permitirán saber qué materiales tienen un mejor balance energético entre la energía consumida durante su fabricación y la energía ahorrada durante su vida útil.
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