otra vivienda es posible: cinco propuestas asequibles

Domo geodésico en Zarzalejo (Madrid).
Otro mundo es posible, sí, pero para ello es requisito otra alimentación, otra economía y, por supuesto, otro modelo de vivienda. Durante el desarrollismo franquista millones de familias acudieron en tropel a las ciudades en busca de una vida mejor, inaugurando el estilo arquitectónico conocido como “chabolismo vertical”. Desde entonces, los españoles nos hemos acostumbrado a vivir hipotecados de por vida en pequeños cubículos de ladrillo a precio de palacio.

¿Todos? No: un irreductible grupo de contestatarios desafía el pensamiento único habitacional con innovadoras soluciones que reivindican los materiales reciclados, la sostenibilidad, la vuelta a la Naturaleza… y las formas redondeadas como respuesta a la dictadura del ángulo recto.

A continuación, una selección de bioconstrucciones que puedes hacer tu mismo y emanciparte de una vez por todas de bancos, compañías eléctricas y otros chupópteros. Si tienes tierra, tienes casa.


La Nave Tierra

La Nave Tierra (Earthship) es la casa ideal para eremitas y apocalípticos. Se trata de un diseño originario de Nuevo México (EEUU) que genera su propia energía y alimentos: una gran cristalera orientada hacia el sur recoge la luz solar para calentar la casa y nutrir el invernadero. Todos los materiales son reciclables y reciclados, empezando por los neumáticos de coche que hacen las veces de paredes y finalizando con el agua, que se recoge de la lluvia y se utiliza varias veces, para beber, tirar de la cadena y, finalmente, regar las plantas.

Presupuesto: Entre 1.000 y 30.000 euros. El coste mayor viene en la compra de paneles solares y baterías, ventanales y bombas. El resto de los materiales se puede conseguir gratis aunque, eso sí, en grandes cantidades: se necesitan del orden de 1.000 neumáticos para construir una casa.

A favor: Ahorro energético, autosostenible.

Inconvenientes: Permisos de edificabilidad, amplia superficie de terreno.


Domo geodésico en el Hotel Sierra Hot Springs (California).
Domo geodésico

¿Por qué vivir en un vulgar paralelepídedo, pudiendo hacerlo en una elegante semiesfera? Los domos geodésicos no tienen una sola línea recta; su estructura circular entronca con la llamada “arquitectura sagrada”, y su espacio es idóneo para descansar, meditar o llevar a cabo ceremonias, según me cuenta Mario Turégano, fundador de MiDomo.

Aunque los domos vienen construyéndose desde los años 60, ha sido en el último lustro cuando han tenido su mayor auge, por una feliz combinación de la crisis económica y la universalización de internet. Los cursos para construir tu propio domo se celebran en toda la geografía española. 

Presupuesto: Entre 3.000 y 20.000 euros. La versión más básica utiliza plástico o barras de aluminio como estructura, aunque los más resistentes están hechos de madera. En zonas de climatología extrema el aislamiento resulta más costoso (lo que no quita para que haya domos hasta en la Antártida).

A favor: Fácil montaje, transportable, no hay esquinas que barrer, diáfano, no requiere licencia de edificación.

En contra: El espacio es difícil de aprovechar, los muebles han de ser a medida.

Más información: MiDomo y en Domos Geodésicos.

Casa de paja en el valle de Karrantza (Vizcaya).
Casa de paja

En el célebre cuento infantil de ‘Los tres cerditos’, el cerdito más ahorrador y vago se construía una endeble casa de paja, que el lobo derrumbaba de un soplido. Los más conspiranoicos verán aquí una taimada promoción de las casas de ladrillo de Urbis, porque lo cierto es que los edificios construidos con balas de paja aguantan incluso un huracán. La paja es un material muy barato (es un desecho de la actividad agrícola), ligero y muy buen aislante.

Presupuesto: Principalmente la mano de obra y las canalizaciones, en tanto la paja es muy barata (el precio de un camión con 300 balas de paja oscila entre 300 y 500 euros).

A favor: Biodegradable, fácil de montar, barato, ecológico, versátil.

En contra: Resiste los soplidos del lobo pero arde como una tea, una tortura para los alérgicos.

Más información: Casas de Paja, El Mundo y Casa Eco.


Un contenedor en la azotea

No todo el monte es orgasmo. La insurgencia arquitectónica ciudadana tiene nombre y apellido: Santiago Cirugeda, el arquitecto sevillano que lleva veinte años escarbando en las grietas de la legislación urbanística para erigir viviendas y espacios públicos al margen del modelo de edificación imperante y homogeneizador. En la foto puede verse la intervención Niu, situada por Cirugeda y su equipo de Recetas Urbanas en la azotea de un edificio de la Rambla

Presupuesto: Variable, pero bastante asequible, teniendo en cuenta la querencia del equipo por materiales reciclados y estructuras como contenedores de barco,containers de obra o casetas prefabricadas-

A favor: Nómada, original, económico, atrevido.

En contra: La inevitable pugna con La Autoridad.

Más información: Recetas Urbanas.

Yurta mongola en la provincia de Castellón.
Yurta mongola

A mitad de camino entre el domo y la tienda de campaña gigante Quechua con triple avance encontramos la opción favorita de la amantes del exotismo: la yurta mongola, ora réplicas o importaciones de las casas que utilizan los pastores nómadas de las llanuras mongolas.

Presupuesto: Entre 1.500 y 40.000 euros en función del tamaño; hay yurtas ceremoniales de hasta 20 metros de diámetro.

A favor: Fácil de montar, ligera, transportable, se puede instalar sin licencia.

En contra: Ideal para climas fríos y secos, no tanto para zonas de lluvia.

Más información: Yurta Mongol y Aires de Cambio.

Por Iñaki Berazaluce. Publicación original



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